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lunes, 22 de septiembre de 2008

EL POETA DESGAJADO

Había una vez un poeta, (Raúl Rivero), que andaba, no por las ramas, sino por el tronco del árbol. Ese mismo poeta, (Raúl Rivero), anduvo después, no por el tronco, sino por las ramas. Tanto anduvo que estas no resistieron su peso corporal y las hizo ceder.

Entonces cayó en el vacío. Un vacío moral que hoy lo envuelve y lo hace emitir criterios totalmente alejados de la espiritualidad humana.

En este momento el poeta, (Raúl Rivero), quien conoció las hermosas noches blancas de Moscú, quiere cambiar la historia de aquel tronco del que se desgajó hacia la nada.

La poesía siempre ha sido una herramienta para el mejoramiento humano. También la música, el teatro, la pintura y la danza.

Recuerdo ahora aquellas palabras de una hermosa anciana de Santiago de Cuba, Doña Rosario. Decía ella que su hijo Frank, cuando algo no andaba bien en sus tareas conspirativas contra la tiranía de Fulgencio Batista en la Cuba de los años 50, tocaba el piano para calmar sus preocupaciones.

A Frank País, asesinado el 30 de julio de 1957, la música le devolvía la tranquilidad, la paz, envuelto él en las acciones libertarias.

En estos días los cubanos hemos estado muy ocupados en la tarea de enfrentar los efectos de los dos huracanes que han dañado sensible y sustancialmente al país.

Miles de personas han recibido los duros daños de esos fenómenos atmosféricos. Miles han perdido sus viviendas, sus pertenencias, pero no han perdido la capacidad de soñar y la nación, como lo que es, una sola nación desde San Antonio a Maisí, se levanta con la fuerza de sus convicciones para resolver los tamaños desafíos del presente.

No solo con cemento, ladrillo, arena y techos de todo tipo se está enfrentando la tragedia. Se une a ese empeño el arte que con sus manifestaciones se presenta en todos los sitios dañados, en aras de mantener la espiritualidad en este tiempo de compartir no solo el pan, sino la esperanza.

Por eso resulta abominable que un poeta, (Raúl Rivero), haya cuestionado esa noble acción de los artistas cubanos que están llevando su talento a las zonas afectadas para compartir con aquellos semejantes, no solo la alegría que llevan, también la tristeza que les pueda embargar.

El poeta utilizó a un diario de Miami para publicar sus diatribas contra los artistas cubanos, quienes a pleno sol o bajo la luz de la luna, se mantienen al lado de los que aman y construyen.

Se descalifica el poeta al llamar maromeros a los artistas que van de manera solidaria a ayudar a los más necesitados. Con ese gesto se ponen como siempre al lado de su pueblo en instantes decisivos de la historia nacional.

No son maromeros y mucho menos marionetas que se puedan manejar, como lo manejan a él, en el empeño de dañar a la Revolución Cubana.

Una perfecta marioneta es ese poeta, (Raúl Rivero), aferrado ahora a un tronco de papel moneda con los rostros de los fundadores de la nación norteamericana.

Autor: David Rodriguez