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viernes, 15 de mayo de 2009

EL APAGADO SOL DE CALDERÓN

Los cubanos estamos acostumbrados a las posiciones de algunos políticos de este continente, los que a pesar de los avances de la verdadera democracia que se observan, se empecinan en querer ofrecer recetas de dignidad y de apego a sus pueblos.

En Cuba un ciudadano con un problema se convierte en un problema de todos. Cuando fallece algún vecino la solidaridad se pone de manifiesto de manera inmediata, cuando alguno resulta lesionado las manos para ayudar sobran.

Recuerdo que cuando la epidemia de dengue, virus introducido en la Isla desde Estados Unidos, y que ocasionó la muerte de 158 personas, 101 niños entre ellos!!!!, las muestras de unión entre los cubanos se multiplicaron de manera significativa.

Tampoco puedo olvidar aquel terremoto que tanto daño hizo a la República de Perú. No faltó la presencia solidaria de los profesionales de la salud cubanos y tengo nítida en la memoria la imagen de miles de mis compatriotas donando sangre para los hermanos peruanos.

Viene todo eso a mi mente al leer la reacción de las autoridades mexicanas ante la decisión de Cuba de suspender de manera temporal los vueles desde y hacia México, teniendo en cuenta la peligrosa Influenza A H1N1.

Cada país tiene el soberano derecho de proteger a su población con las medidas que estime pertinentes. Esa decisión no es negociable, esa decisión responde en todo caso, al deseo expreso de impedir la entrada de una enfermedad que ha demostrado ser letal.

Desde que Fidel publicó sus comentarios señalando que la Influenza ya diezmaba a los méxicanos desde antes de la llegada del Señor Presidente de los Estados Unidos a México, se han alzado voces condenando la “”blasfemia”” del Líder de la Revolución Cubana, quien desde la esquina de la verdad puso la verdad a la luz del sol.

Ha irritado tanto a la oligarquía mexicana esa verdad tan grande como el planeta, que algunos han pedido hasta la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países y todo basado en algo que debiera tener una reacción diferente.

Fidel no ha insultado ni a México ni a su Presidente. Ha dicho, en acto de extrema sinceridad su opinión acerca de la presencia del virus H1NI desde antes de la llegada del inquilino de la Casa Blanca, pero no anunciada para no impedir la llegada del poderoso vecino.

Si eso molesta al Presidente Calderón es porque Fidel ha dicho una verdad que le correspondía hacer a él como máximo representante de ese hermano pueblo, a la persona a la que los votos le dieron la responsabilidad de velar por los mexicanos como Jefe de Estado de ese país.

Tras los comentarios de Fidel, la derecha o lo que es lo mismo la oligarquía mexicana pide sangre, pero a quien pide sangre, a quien ocultó la información por intereses políticos o a la voz digna que ha salido en defensa de la salud de los mexicanos?

Parece un juego, pero no es tal, ese presunto juego ha costado la vida a muchos mexicanos y nadie sabe cuántos más podrán fallecer por la Influenza A H1N1, debido a la demora en enfrentarla desde que se presentó en aquel poblado que se llama La Gloria.

La prestigiosa revista Science ha puesto el dedo sobre la llaga. Esa publicación es originaria de Estados Unidos.

Tendrá Calderón el valor de exigirle al embajador de Washington una reparación moral por la “”afrenta” que Science le ha ocasionado al pueblo mexicano?