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domingo, 10 de enero de 2010

RECONOCE DIARIO URUGUAYO LA REPÚBLICA EL PAPEL DE CUBA CONTRA EL TERRORISMO

El diario La República de Uruguay publica hoy un editorial en el cual se califica como inmerecida la designación de Cuba como país que promueve el terrorismo.

Con el título “Cuba es una nación ética” el texto recuerda que la isla en toda su historia de lucha y resistencia ha condenado al terrorismo, y ha mantenido una posición ejemplar ante cualquier acto de barbarie e injusticia.

Cuba ha sido víctima del terrorismo. ¿Cómo es entonces que los gobiernos norteamericanos la califiquen de promotora?, cuando ellos mismos no han sido capaces de juzgar a quienes practican el terrorismo contra Cuba, sino que más bien dan cobija a tales personajes y les permiten estar en libertad dentro del propio Estados Unidos.

El diario señala que el Parlamento cubano aprobó en 2001 la Ley 93 contra actos de terrorismo, la cual tipifica todos los actos de terrorismo internacional como delitos graves y estableció penas muy severas.

Se destaca además, que a pesar de los numerosos actos terroristas procedentes de territorio norteamericano contra Cuba, la isla ha mantenido una conducta intachable y limpia en relación con cualquier hecho que pueda afectar a los ciudadanos norteamericanos.

Cuba es una nación ética

Cuba no merece una designación como país que promueve el terrorismo, como lo ha dicho el gobierno de Estados Unidos. Cuba, con toda razón, ha rechazado, por ilegítimo, el mecanismo mediante el cual el gobierno de Estados Unidos se arroga el derecho a certificar la conducta de otras naciones en materia de terrorismo y a emitir listas discriminatorias y selectivas, con fines políticos, mientras asume una posición de doble rasero al no juzgar y permitir que sigan en libertad los responsables confesos de horrendos actos terroristas contra Cuba.

Cuba siempre ha tenido un desempeño ejemplar en la lucha contra el terrorismo a lo largo de su historia. Cuba condena todos los actos de terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones. El territorio de Cuba nunca ha sido utilizado, ni se utilizará jamás, para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún país, incluyendo a Estados Unidos. Cuba es Estado. Parte de los 13 convenios internacionales existentes en materia de terrorismo y cumple estrictamente con las obligaciones emanadas de las resoluciones 1267, 1373 y 1540 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en esta esfera.

Cuba no posee, ni tiene intención de poseer, armas de exterminio en masa de ningún tipo y cumple sus obligaciones en virtud de los instrumentos internacionales que ha suscrito en materia de armas nucleares, químicas y biológicas. La Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba aprobó, el 20 de diciembre de 2001, la Ley 93, “Contra actos de terrorismo”, la cual tipificó todos los actos de terrorismo internacional como delitos graves y estableció penas muy severas.

Cuba ha adoptado, además, medidas para prevenir y reprimir todo acto de terrorismo y todas las actividades relacionadas con este, incluida la financiación del terrorismo. Asimismo, ha incrementado la vigilancia de las fronteras y ha fomentado medidas para impedir el tráfico de armas e intensificar la cooperación judicial con otros países, para lo cual ha firmado 35 acuerdos en materia de asistencia jurídica y ha manifestado reiteradamente su disposición permanente de cooperar con todos los estados, en lo que respecta a esta materia.

En este espíritu, Cuba ha cooperado, incluso activamente, con el gobierno de Estados Unidos. En tres ocasiones (noviembre de 2001, diciembre de 2001 y marzo de 2002), Cuba propuso a las autoridades norteamericanas un proyecto de programa de cooperación bilateral para combatir el terrorismo, y en julio de 2009, Cuba reiteró su disposición a cooperar en esta esfera.

En varias ocasiones, las autoridades cubanas han hecho conocer al gobierno de Estados Unidos su disposición a intercambiar información sobre planes de atentados y acciones terroristas dirigidas contra objetivos en cualquiera de los dos países.

Sabido es que en 1984 Cuba alertó sobre un plan de atentado contra el presidente Ronald Reagan que condujo a la neutralización de los involucrados por parte de las autoridades norteamericanas. En 1998, se le concedió a la administración de Bill Clinton información sobre planes para estallar bombas en aviones de líneas aéreas cubanas o de otros países que viajaban Cuba. Asimismo, las autoridades cubanas han entregado al gobierno de Estados Unidos abundante información sobre actos terroristas cometidos contra Cuba. En 1997, 1998, 2005 y 2006 Cuba entregó al FBI cuantiosas evidencias sobre las explosiones con bombas en varios centros turísticos cubanos, dándole, incluso, acceso a información acerca de los autores de los hechos, detenidos en Cuba, y a testigos.

No debe olvidarse, además, que Cuba fue uno de los primeros países que condenó públicamente los criminales ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos, trasladó su disposición a brindar asistencia médica y humanitaria a las víctimas y ofreció de inmediato abrir su espacio aéreo y sus aeropuertos para recibir a los aviones de pasajeros con destino a territorio norteamericano. A pesar de los numerosos actos terroristas procedentes de territorio norteamericano contra Cuba, la isla ha mantenido una conducta intachable y limpia en relación a cualquier hecho que pueda afectar a los ciudadanos norteamericanos, porque Cuba es una nación que se rige por principios políticos y normas éticas.

Se debe condenar la inclusión arbitraria de Cuba en la lista de 14 países cuyos ciudadanos serán sometidos a nuevas medidas restrictivas por decisión del gobierno de Estados Unidos.

Es necesaria la inmediata exclusión de Cuba de la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo internacional”, ya que constituye una designación injusta, arbitraria y políticamente motivada, que contradice la conducta ejemplar de los cubanos en el enfrentamiento al terrorismo y pone en tela de juicio la seriedad de Estados Unidos en la lucha contra este flagelo.

(Con información de La República, Uruguay

LA VICTIMA ACUSADA

Los Estados Unidos mantiene injustificadamente a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Indigna que la nación que más terroristas engendró cuestione a la que ha pagado el precio más alto en víctimas por oponerse a las agresiones y los crímenes de Washington

La inclusión de Cuba durante casi tres décadas en la ilegítima y arbitraria lista del Gobierno de Estados Unidos sobre supuestos «estados patrocinadores del terrorismo internacional», es como si cada año el poderoso imperio extendiera sus largas pezuñas peludas para hurgar y hacer sangrar una de las heridas más dolorosas del pueblo cubano: los miles de muertos y lesionados por los actos violentos que precisamente se han fraguado, organizado y financiado por agencias gubernamentales de ese país.

Víctima durante medio siglo —de forma puntual— de actos terroristas, agresiones y provocaciones de todo tipo, ningún país en la historia humana ha sido vejado de forma tan cruel, contumaz y prolongada. Embestida feroz en magnitud y daño; ataque perverso en engaños, negaciones, manipulaciones, justificaciones, protecciones, perdones...

Las penetraciones armadas, los ataques biológicos y otras variantes del actuar terrorista ejecutados en suelo cubano o contra sus misiones en el exterior por mercenarios reclutados y entrenados por los servicios de inteligencia de EE.UU. han dejado ya 3 478 muertos y 2 099 heridos.

Es como si dos veces las Torres Gemelas hubieran estado cayendo lenta y lastimosamente por cinco décadas. O como la tortura del Prometeo, que por la eternidad está condenado a que cada día el águila vuelva a comerle las entrañas.

Más de 5 500 víctimas. Es solo una cifra. El catálogo de la sangre. Porque es inmedible el daño de toda índole provocado a las miles de personas unidas a ellas por algún lazo de sangre o sentimiento. Y no termina ahí. Son millones los victimados. Ningún cubano ha salido ileso. Ni los que viven aquí ni los que han emigrado.

Todos hemos sido y somos daños directos o colaterales de una guerra no declarada —cada una de cuyas acciones han tenido su origen, invención o preparación en EE.UU.— que dura ya 51 años, y de un bloqueo económico, financiero y comercial que ya no es un acto terrorista, sino algo peor, la última escala de la maldad humana: el genocidio, según reafirma cada año la comunidad internacional al votar contra este en la Asamblea General de Naciones Unidas.

Como fuentes de terrorismo, se ha estigmatizado en los últimos años —en especial desde el 11/9— a determinadas corrientes extremistas e integrismos religiosos que cada día se hacen más fuertes ante la inopia y la obcecación extrema de las propias potencias imperiales.

Sin embargo, no hay nada más ajeno a la cultura, la idiosincrasia y la identidad cubanas que la intolerancia o el fanatismo. Cuba ni fue, ni es, ni será así. Criaturas irreverentes, amantes de la vida por encima de cualquier cosa, luchadores acérrimos por la felicidad aunque la escasez material presida mucho de sus actos, solidarios por antonomasia, ni el golpe artero que mata ni el dolor que hiere y entristece le son propios al cubano.

Es cierto que algunos nacidos aquí están listados como terroristas extremos. Son los que han matado o contratado a los asesinos de sus compatriotas. Son los Osama Bin Laden de América. Solo que se trata de desarraigados, parias de países y culturas que, como aquel, fueron entrenados y aupados por las instituciones de espionaje de EE.UU., especializadas en la desnaturalización de las culturas y las identidades; almas máter de todos los extremismos.

No ha sido por carambola: por simplemente estar dentro —de forma injusta— de la «lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional», que Cuba ha sido incluida entre los 14 países cuyos viajeros serán escrutados hasta en lo más íntimo al entrar a Estados Unidos. Y mucho menos que la decisión se haya divulgado a bombo y platillo por las transnacionales de la información.

¿Estará Washington retomando en versión reducida la tristemente célebre frase de Bush de los «sesenta o más rincones oscuros del mundo»? ¿Se convertirá el frustrado atentado a la nave de la Norhwest Airlines en una versión light de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 para permitir y obligar a la actual Administración a los enormes gastos y desafueros de sus presentes guerras y amenazas de apertura de nuevos frentes de batalla?

¿Y qué pinta Cuba en todo esto? Nada y todo. Lo de Cuba patrocinadora del terrorismo internacional no se lo cree nadie. Pero no es una broma de mal gusto. Las implicaciones de esta nueva maniobra buscan fortalecer la patente de corso del Gobierno de Estados Unidos, la ultraderecha norteamericana y continental y la contrarrevolución externa e interna para continuar con sus acciones subversivas.

No hay que ser paranoicos, pero tampoco ingenuos. La medida contra los viajeros procedentes de Cuba que lleguen a Estados Unidos, ha venido a ser como la piedra de toque, al entrar el año, de un grupo de acciones de la más diversa índole que están señalando el inicio de una nueva estrategia subversiva, que apelará a todos los frentes, y que ya no solo tiene como actores visibles —tras la salida por la puerta trasera de Bush— a grupos de presión y movimientos contrarrevolucionarios internos y externos, sino al nuevo Gobierno del país más poderoso del mundo.

Estigmatizar a los pasajeros que llegan a USA desde Cuba, no es un asunto de alertas de seguridad, de renovadas rutinas aduanales y migratorias. Es un nuevo ardid para satanizar al país ante la opinión pública internacional y en especial la norteamericana, cada día en más desacuerdo con las políticas de Washington hacia el archipiélago.

Los acontecimientos provocadores que se han concatenado en los últimos meses, antecedidos y acompañados por muy bien pensadas campañas de prensa, no dejan lugar a dudas. El enemigo —sí, lamentablemente, existe, y no solo en palabras— es real y no parará en cuitas. Está pulseando para iniciar una nueva y feroz arremetida. Entre sus principales cartas de triunfo están, en el parecer de ellos: una supuesta bancarrota económica del país —chorrean tintas para ilustrarla y es la base para los otros dos cálculos—, un agotamiento de la sociedad tras 20 años de resistencia, y un supuesto distanciamiento de las nuevas generaciones de algunos de los valores primigenios de la Revolución.

La vieja y arrugada gusanera anticubana, como añosa Penélope que teje y desteje, vuelve a hacer sus maletas. Y la reacción «americana» se afila los dientes. Solo que olvidan que la Revolución Cubana sigue siendo la posibilidad infinita. Y que hay imágenes que no se pueden olvidar. Dolores que lastiman, pero de los que se renace.

Autor: René Tamayo
Juventud Rebelde

CUARENTA AÑOS MEJORANDO LA CALIDAD DE VIDA

El Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País se convirtió en los últimos 40 años en uno de los hospitales más grandes e importantes de su especialidad en el mundo por la infraestructura que lo soporta y donde se han atendido decenas de miles de cubanos y extranjeros.

Cuando en noviembre de 1968 el entonces Ministro de Salud Pública le dio la tarea al Doctor Rodrigo Álvarez Cambras de dirigir el hospital, esa instalación que había pertenecido a la mujer del dictador Fulgencio Batista, era conocida como ONRI y en donde para ingresar era necesario una carta de la esposa del Dictador; este centro contaba con 110 camas, tres salones de operaciones, un departamento de rayos X, un mínimo de personal.

Los antecedentes de la historia comienzan cuando Álvarez Cambras, regresa a Cuba tras cumplir como médico combatiente una misión internacionalista en el Congo Brazzaville donde integró la Columna Dos, Patricio Lumumba, retaguardia de la Columna Uno dirigida por el Guerrillero Ernesto Che Guevara en el Congo Leopolville,

Después de un mes de vacaciones, fue a ver al ex ministro de Salud Dr. José Ramón Machado Ventura, (había pasado a la dirección del Partido de La Habana) y le preguntó qué nueva tarea se le asignaría. Machado le informó que había una decisión de Gobierno y del compañero Fidel para que perfeccionara sus estudios de ortopedia.

Al preguntarle dónde podría ser mejor, Rodrigo le propuso que como él había aprendido francés en el Congo, lo mejor sería Francia donde existía una buena calidad ortopédica.

Se consiguieron becas en esa nación europea y junto con un grupo de médicos entre los que se hallaban Fidel Ilisastegui, Olimpo Moreno, Rodríguez Gavalda, Lianne Borbolla y su esposo, Enzo Dueñas y Nodarse, salieron hacia París.

Se albergaron en la Casa Cuba y Rodrigo comenzó a estudiar en la Universidad de París y en el Hospital Universitario Cochin, que era el más importante de la capital. Como jefe de Servicio fungía el profesor Merle D´Aubiqne, uno de los más conocidos de Francia y que laboraba en el Pabellón Ollier, de ortopedia y traumatología.

El profesor D´Aubigne lo acogió y le dio muchas oportunidades para aprender y desarrollarse en la especialidad. Estuvo alrededor de 20 meses. En tiempos libres iba al hospital Poincare donde estaba otro profesor de gran prestigio, el Dr. Robert Judet que daba los cursos de veranos.

También desde allí fue a Suiza donde ejercía el profesor Taillard e hizo otro curso con él en el hospital Cantonial de Ginebra por un mes. Ya con la preparación necesaria, volvió a Cuba.

A su regreso, lo recibió el Dr. Martínez Junco, Ministro de Salud Pública y más tarde el Comandante Fidel le dijo que la misión sería desarrollar la ortopedia y lo designan director del Frank País. La instalación tenía un gran terreno a su alrededor e inmediatamente comenzó a soñar con hacer un hospital de alto nivel científico y asistencial como necesitaba el pueblo de Cuba.

Rodrigo rememora que Celia Sánchez fue el alma inspiradora del Frank País y que el Comandante en Jefe, Fidel Castro, puso todo su empeño en su reconstrucción porque desde el primer momento avizoró lo que podía llegar a ser este servicio ortopédico para la población.

“Comienza su construcción en 1969 y paso a paso el hospital fue creciendo y se convirtió en un gran Centro y en el inicio del turismo de salud en Cuba”, puntualiza Cambras.

El profesor recuerda que los extranjeros llegaban al aeropuerto, sobre todo de América del Sur, y decían, voy para el Frank País donde se les atendía gratis. Ya por esa época él había operado al ex presidente peruano Juan Velasco Alvarado.

Un día, durante una recepción en la embajada del Perú, en la cual Fidel participó y se hallaban más de 40 peruanos que habían venido a atenderse en el hospital, conversó con el Comandante en Jefe y acordaron que se debía cobrar algo, pues no se podía seguir trabajando de esa forma. Se creó entonces un turismo de salud en Cuba que después se continuó desarrollando hacia otras instituciones.

En los subsiguientes años el hospital continuó creciendo y hoy cuenta con 750 camas, 24 salones de operaciones, un hotel con 226 camas para enfermos de otros países, un hotel de 100 camas para extranjeros que vienen a estudiar en Cuba distintas especialidades y una residencia con 100 camas para los cubanos que vienen a reciclarse o a congresos y otras actividades.

En ese centro han recibido atención unos dos millones de cubanos y también extranjeros procedentes de 39 países, aquejados por deformidades de la columna vertebral y hernias discales; parálisis de la médula espinal de origen traumático, congénito o adquirido, y de los nervios periféricos; tumores óseos y de partes blandas; fracturas y secuelas de fracturas; deformidades de pies y manos; cirugía reconstructiva de las lesiones en manos; alargamientos de huesos por acortamientos congénitos o adquiridos; revascularización e injertos de médula espinal; y sustituciones protésicas de las articulaciones, informó el eminente profesor.

Además tiene un banco de huesos y tejidos que ofrece servicios a todo el país; se crearon dos fábricas, una de aparatos ortopédicos y de corset y otra de instrumental clínico y fijadores externos. Se construyó un policlínico de atención externa, y el Centro de Traumatología Deportiva ORTOFORZA pues se habían perdido para el deporte varios atletas que necesitaban atención especializada.

“Esta idea, añadió, surgió cuando Fidel y Celia me dijeron en una reunión con García Bango, entonces presidente del INDER, que averiguara qué se estaba haciendo en traumatología del deporte en el mundo.

“Salí con Cambo, vicepresidente del INDER, el arquitecto Quintana que hizo el Palacio de las Convenciones y tres arquitectos más. La gira comenzó por México y concluyó en España. Visitamos todos los países donde había efectuado olimpiadas o las estaban preparando.”

Más tarde se creó el Centro de Traumatología del Deporte en el Frank País que se unió al Instituto de Medicina Deportiva desde el punto de vista del trabajo.

Sin detenerse, el hospital siguió creciendo: se erigieron el centro de salud física, el ORTOFORZA.

De esa forma, señala se introdujeron las tecnologías más avanzadas, se desarrollaron los fijadores externos, los clavos de cadera, otras prácticas nuevas en traumatología deportiva y el hospital fue adquiriendo fama y prestigio extraordinarios.

“Fue un sueño que tuve un día y se logró gracias a que hubo una revolución socialista en Cuba. Durante este tiempo han recibido atención diversa, por nuestro equipo de trabajo, 13 dirigentes de diferentes estados.”

Una de las últimas condecoraciones que le entregaron al Dr. Rodrigo Álvarez Cambras fue la Orden del Honor y la amistad impuesta por el presidente ruso Vladimir Putin cuando visitó a Cuba en diciembre del 2001.

“Al imponérseme la Orden, indicó Rodrigo, Putin dijo que era un reconocimiento a lo que hicimos por el ejército soviético en la época en que sus tropas se encontraban en Afganistán. En aquella oportunidad atendimos a más de 400 soldados y oficiales, a muchos de los cuales los salvamos de amputárseles una pierna o un brazo.

El Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País es ejemplo de lo que la Revolución cubana ha hecho en favor de la atención al pueblo y del cual se han beneficiado también numerosas personas del mundo para mejorar su calidad de vida.

Autor: Hedelberto López Blanch

PRÓXIMA A LA CIMA DEL ACONCAGUA BANDERA EN HONOR DE LOS CINCO HEROES CUBANOS PRESOS EN EEUU. POR LUCHAR CONTRA EL TERRORISMO

La bandera que reclama libertad para los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos desde 1998 está ya muy próxima a la cima del Aconcagua, donde será clavada, allí en el llamado Techo de América en bello gesto de solidaridad con la justa causa.

Sus portadores, tres jóvenes alpinistas de la provincia de Neuquén- Santiago Vega, conductor radial y televisivo; Aldo Bonavitta, empleado bancario; y Alcides Bonavitta, militante social- habían anunciado que iniciaban el ascenso desde el campamento en la cota Cólera, a cinco mil 900 metros sobre el nivel del mar, desde la madrugada del ayer.

“Avanza la expedición, con los Cinco y todo el continente en las mochilas”, declaró a una radioemisora el andinista de la provincia de Mendoza Alejandro Miranda, enlace con los tres neuquinos, pero sin contacto directo por el momento.

De esa forma aludió al estandarte que portan con el logo por la liberación de los Cinco creado por uno de los patriotas cubanos presos en cárceles estadounidenses, Gerardo Hernández, y al amplio apoyo que los alpinistas han recibido desde todos los países de América.
Los tres brigadistas patagónicos tomaron como propio el reclamo mundial por la inmediata liberación de Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González y René González y decidieron escalar el pico Aconcagua, de seis mil 959 metros sobre el nivel del mar, para llevar hasta allí el clamor mundial por el fin de la injusta prisión.

Su objetivo es hacer conocer desde la más importante cima del continente, tras desafiar las bajas temperaturas y los obstáculos del ascenso, lo que la gran prensa monopólica intenta silenciar sobre la verdad de los cinco cubanos, de acuerdo con sus declaraciones al emprender la hazaña.

El esfuerzo y sacrificio que significan la acción emprendida representan la solidaridad y el compromiso de los alpinistas neuquinos, quienes además emulan la voluntad de superación de otro joven argentino, Ernesto Guevara, quien en 1955 una y otra vez intentó escalar a la cima del volcán Popocatépetl en México en desafío al asma que padecía.

Al emprender la compleja empresa, desde el primer día del año, los tres andinistas neuquinos enviaron un mensaje de saludo al pueblo cubano por el aniversario 51 del triunfo de la Revolución.

(Con información de Prensa Latina)

LA CIA SE TOMA LA REVANCHA LANZANDO MISILES EN PAKISTÁN

Bill Van Auken
World Socialist Web Site

Desde el ataque suicida que acabó con la vida de 7 agentes de la CIA y un espía jordano, se ha producido una aparente campaña de represalias en Pakistán, y al menos 20 personas han muerto debido a ataques con misiles procedentes de aviones teledirigidos.

El más letal de los ataques de los aviones de la CIA tuvo lugar el miércoles en la región de Datta Khel en Waziristan del norte, cerca de la frontera con Afganistán.

Citando fuentes anónimas, la Associated Press informaba de que uno de los aviones no tripulado disparó dos misiles contra una vivienda, asesinando a siete personas. Y un poco más de una hora después, lanzó otro mientras los campesinos de la aldea estaban intentando rescatar a los supervivientes y sacar los cadáveres de los escombros. Este segundo ataque mató, como mínimo, a otras cinco personas. Algunos medios paquistaníes cifran el total de muertos de los dos ataques en 15.

La International News Network Web site, con sede en Islamabad, informaba de que los ataques aéreos desataron el pánico en la región. Existe un creciente miedo en Pakistán a que la respuesta al atentado suicida de la semana pasada en la base de operaciones de Chapman, situada en la provincia afgana de Khost junto a la frontera de Waziristan del norte, sea una campaña intensa y continuada con aviones teledirigidos que producirá un mayor número de víctimas.

Los ataques con este tipo de aviones Predator han provocado una cólera generalizada en Pakistán, por la pérdida de vidas y por la flagrante violación de la soberanía del país. Aunque altos funcionarios del gobierno han condenado de forma rutinaria estos ataques, resulta evidente que Islamabad ha permitido que la mayoría se lleven a cabo desde un aeródromo secreto situado en la provincia paquistaní de Baluchistán.

Los agentes de la CIA y los mercenarios muertos en la base de Afganistán eran los responsables de la elección de objetivos para los ataques teledirigidos.

El kamikaze que los mató, Humam Khalil Abu-Mulal al-Balawi, era un médico jordano, considerado por la agencia de espionaje estadounidense uno de sus principales “activos” en la guerra secreta en la frontera afgano-paquistaní.

Tras el bombardeo, altos responsables de los servicios de espionaje confirmaron que Balawi había atraído a la base a los agentes, incluido el segundo responsable de la CIA en Afganistán, con la promesa de darles información sobre Ayman al-Zahwari, médico egipcio considerado mayoritariamente como el líder actual de Al Qaeda.

El miércoles, el noticiario de la CBS informaba de que Balawi había facilitado a la CIA “informaciones útiles” que sirvieron para fijar los objetivos de los ataques con misiles. Habida cuenta de que Balawi trabajaba también para Al Qaeda mientras alegaba que se había infiltrado en su estructura, puede deducirse que la información que proporcionaba era falsa y que los misiles se dirigieron a lugares sin relación alguna ni con Al Qaeda ni con organizaciones armadas que se enfrentan a las fuerzas de ocupación de Estados Unidos en Afganistán.

La bomba en la Base Chapman supone un duro revés para la campaña de la CIA en Pakistán, y amenaza con debilitar la estrategia del gobierno Obama de intensificar la intervención militar estadounidense en la región.

El suceso ha planteado, asimismo, incómodas preguntas a la CIA.

A Balawi lo presentó a la CIA el servicio de espionaje jordano- la policía secreta del régimen monárquico, conocida como Mujabarat Y uno de sus agentes, Ali bin Zaid, resultó muerto en el atentado del 30 de diciembre. Supuestamente, Bin Zid era el “mentor” de Balawi.

A principios de 2009, el médico jordano fue arrestado por la mujabarat por haberse unido voluntariamente a una misión en Gaza tras la invasión ísraelí del territorio palestino. Se dice que se le reclutó para infiltrarse en Al Qaeda mientras estaba en la cárcel, y se le envió después a Pakistán.

El suceso ha concentrado la atención en la continuada y estrecha relación entre la CIA y la mujabarat jordana. El Washington Post citaba al ex agente de la CIA, Jamie Smith, quien afirmaba que la policía secreta jordana es “especialmente valorada por su habilidad tanto en los interrogatorios de los presos como en la incorporación de confidentes”.

Y en efecto, Jordania fue uno de los principales centros de “interrogatorios especiales”, en los que las personas secuestradas por la CIA en diversos países, detenidas sin acusación alguna eran enviadas a terceros países, donde se les interrogaba aplicando torturas.

Los grupos defensores de los derechos humanos han denunciado repetidamente la “maestría” de los mujabarat en las torturas habituales a los disidentes jordanos.

Tal como informaba el Post, las “especiales relaciones entre la CIA y la Muhabarat son tan estrechas que “el agente de enlace de la CIA en Ammán tiene acceso sin restricciones a la fortificada sede central de la Agencia General de Espionaje jordana (GID, en sus siglas inglesas.)

Estas informaciones desagradan profundamente al gobierno jordano, que intenta ocultar su papel de delegado de Washington, debido a la abrumadora oposición a las políticas estadounidenses existente en Jordania y todo Oriente Próximo.

En cuanto al papel de la CIA, la continuación y profundización de estas relaciones plantea la pregunta de si el gobierno Obama sigue aprovechándose de la “extraordinaria maestría” de la policía secreta jordana.

Otra de las consecuencias del atentado ha sido la identificación de dos de sus víctimas como empleados de Xe, conocida antes como Blackwater, la mayor proveedora de mercenarios para las guerras estadounidenses de Iraq y Afganistán, quienes, al parecer, fueron contratados por la CIA.

El director de la CIA, Leon Panetta, anunció el mes pasado que la Agencia había rescindido un contrato secreto con Blackwater-Xe, cuyos mercenarios cargaban los misiles y se encargaban del mantenimiento de los aviones no tripulados en Pakistán. Con anterioridad, Panetta había revelado al Congreso de Estados Unidos la existencia de un programa secreto de asesinatos a cargo de los mercenarios de Blackwater, que aseguró nunca había superado la fase de planificación.

Por lo ocurrido, parece que Blackwater sigue actuando en nombre de la CIA con otro contrato secreto no hecho público.

La empresa cambió su nombre de Blackwater a Xe para intentar deshacerse de su infame reputación, que incluye la matanza de 17 civiles iraquíes en Bagdad en septiembre de 2007.

Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre

Fuente: http://www.wsws.org/articles/2010/jan2010/cia1-j07.shtml