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jueves, 19 de mayo de 2011

¿QUIEN ES EL PRÓXIMO ENEMIGO?

¿Cómo pudo sobrevivir este país antes de encontrar formidables enemigos acerca de los cuales el gobierno pudiera movilizar el odio y el temor?
No recuerdo la década de 1930, cuando la pobreza, el capitalismo, la impiedad, el fascismo, el comunismo, los judíos y el alcohol competían en la mente norteamericana por ser el adversario número uno. No había un ganador evidente.
El 7 de diciembre de 1941 -yo tenía casi 6 años–, los japoneses, atrevidamente y en retrospectiva tontamente, bombardearon Pearl Harbor. Los japoneses y los nazis, el perfecto dúo vil. Hollywood se hizo cargo. Cada sábado yo luchaba contra ellos por vía indirecta en el cine -nuestros buenos derrotaban a sus malos.
Desde entonces -con breves excepciones- un enemigo viable se ha unido a nosotros. Para alejar a ese mal de nuestras playas, hemos mantenido un presupuesto de “defensa”.
Después de la 2da. Guerra Mundial (época de presupuesto de guerra), Stalin reemplazó a Hitler y a Tojo. Mi Weekly Reader me hizo conocer  al Tío Joe durante la 2da. Guerra Mundial.  Sin embargo, después de 1945, “El Carnicero Stalin” sembró agentes rojos en nuestro Departamento de Estado, los medios masivos, las escuelas y los hospitales veterinarios. El senador Joe McCarthy descubrió muchos más rincones donde se agazapaba la amenaza roja -por ejemplo, en las plantas empacadoras de carne.
En 1961 me desilusioné de la noción de la Unión Soviética como nuestro archirrival. En un viaje en auto desde Varsovia a Moscú adelanté a unos 8 vehículos -decenas de camiones y cientos de campesinos borrachos, dormidos sobre coches de caballos.
En Moscú comprendí que aparte de un hombre en el espacio, un eficiente sistema de metro y muchas armas, la URSS no podía, como comentaba C. Wright Mills, “publicar una revista legible o dirigir una economía moderna”. Mills se preguntaba: “¿Qué imperio no tiene instituciones para explotar sus colonias? Los soviéticos no tienen bancos ni corporaciones”.
Pero en su campaña eleccionaria de 1960, Kennedy hizo referencia a la “brecha de los misiles”, implicando que los soviéticos nos habían aventajado. La Crisis de los Misiles de octubre de 1962 reveló que los soviéticos tenían la decimoquinta parte del número de misiles balísticos intercontinentales de los EE.UU. Durante toda la década de 1960, los soviéticos trataron de alcanzarnos, pero nunca lograron la triangulación norteamericana: repartir los misiles nucleares entre aviones, submarinos y bases terrestres.
Los poderosos de Washington insistían en que los soviéticos se hacían más fuertes, mientras que los que no estaban ciegos veían lo contrario. En 1984, el descontento y la desmoralización caracterizaban a la URSS. El presidente Reagan insistía en que eran más fuertes que nunca y regresó a la mítica “brecha de los misiles”. Así que el Congreso autorizó más dinero para armas nucleares a fin de impedir lo que los inventores de mitos decían que era una amenaza de invasión soviética a Europa Occidental.  En 1991, puff, la amenaza soviética desapareció. ¡Ganamos! Y adiós.
Sin un enemigo amenazante podríamos disfrutar “el dividendo de la paz”. ¡Uy! ¡Un gran imperio necesita de un enemigo extranjero!
En 1993, un grupo yihadista hizo estallar una bomba en el World Trade Center. Más tarde atacaron otros objetivos norteamericanos en África. Los directores de reparto de la seguridad nacional encontraron al actor ideal para el papel de demonio del siglo 21.
Como tal, Osama bin Laden recibió el crédito por producir cambios en el “American Way of Life”. Después del 11/9, el negocio anti-Islam prosperó. Los predicadores, lo mismo políticos que religiosos, peroraron acerca de las hordas amantes de la muerte y que odian la democracia -tanto en el exterior como en casa.
“Soldados, espías y fuerzas especiales recorren el mundo entero para luchar contra el terrorismo”, escribió Uri Avnery. “Bin Laden está en todas partes. La Guerra Contra el Terrorismo es una lucha apocalíptica con Satanás”.
En su empeño por parecer preparado para el nuevo reto, el gobierno restringió las libertades de los ciudadanos -en aras de su propia protección. Obsesivamente, el Congreso incrementó el presupuesto militar –¿para combatir a maníacos suicidas con corta cajas?-mientras que “intelectuales hambrientos de poder balbucean acerca del Choque de Civilizaciones y venden su alma a cambio de la fama instantánea”. (http://counterpunch.org/avnery05092011.html)
Después del 11/9, el torpe e incompetente George W. Bush se metamorfoseó en el presidente-guerrero militante que (retóricamente) encabezó las fuerzas de la luz en contra de la demoníaca al-Qaeda. Para el público, partidos islámicos como Hamas y Hezbollah -no importa a quién o a qué representan- significan el mal del siglo 21. Para confirmarlo, vean Noticias Fox.
Osama bin Laden se convirtió en el Dr. Malevolencia, vestido con batón suelto, llevando de manera inepta un AK y balbuceando amenazas en un video mal tomado. Casi un malo de historieta cómica, bin Laden reaparecía para recordar a los lectores adolescentes de la necesidad de un súper héroe.
Entonces, al fin, se compaginó la información policíaca y de inteligencia y nuestros heroicos SEALs lo encontraron y lo liquidaron -no en una cueva remota, sino en complejo de tres pisos de clase media en una ciudad de Pakistán.
En Washington, los directores de escena de la seguridad nacional ya habían esbozado el acto final. Liquídenlo y boten el cadáver.  No debe haber ningún mártir para futuros santuarios.
Dejen que las masas árabes -lo que eso quiera decir- celebren o juren venganza. Estarán ocupadas en sus revoluciones y contrarrevoluciones. En 2012, Osama muerto puede ayudar a Obama. La orden de matar a bin Laden ya ha transformado su imagen de debilucho.
La celebración de la muerte de bin Laden se esfuma en bares y estadios de béisbol. Pocos lo lloran; aún menos recuerdan las razones esgrimidas por él para realizar su terror.
Una noticia de AFP reportó que bin Laden había realizado una última cinta, encontrada en un sitio web islámico: “Estados Unidos no podrá soñar con su seguridad hasta que vivamos en seguridad en Palestina”, dijo bin Laden. “Es injusto vivir en paz mientras nuestros hermanos en Gaza viven en la inseguridad. De acuerdo con eso, y con la voluntad de Dios, nuestros ataques continuarán contra ustedes mientras continúe su apoyo a Israel”.
¿Quién lo escuchó? A nadie le importa. La mayoría de los norteamericanos no interiorizan los millones muertos en Corea, Viet Nam, Iraq y Afganistán. En su lugar “nosotros” ayudamos a esos ingratos y recordamos a nuestros propios muertos del 11/9. Y ahora, a buscar al próximo enemigo demoníaco.
Saul Landau, miembro del Instituto para Estudios de Política, produjo Por favor, que el verdadero terrorista se ponga de pie (distribuido por Cinema Libre Studio).
Tomado de Cubadebate

REFLEXIÓN DE FIDEL: LA INSOSTENIBLE POSICIÓN DEL IMPERIO

Nadie puede asegurar que el imperio en su agonía no arrastre al ser humano a la catástrofe.
Como se sabe, mientras exista la vida de nuestra especie, toda persona tiene el deber sagrado de ser optimista. Éticamente no sería admisible otra conducta. Recuerdo bien que un día, hace casi 20 años, dije que una especie estaba en peligro de extinción: el hombre.
Ante un selecto grupo de gobernantes burgueses aduladores del imperio, entre ellos el de inmensa mole bien alimentada, el alemán Helmut Kohl, y otros por el estilo que hacían coro a Bush padre -menos tenebroso y enajenado que su propio hijo W. Bush-, no podía dejar de expresar aquella verdad que veía muy real, aunque todavía más lejana que hoy, con la mayor sinceridad posible.
Al encender el televisor aproximadamente a las 12 y 15 del medio día, porque alguien me dijo que Barack Obama pronunciaba su anunciado discurso sobre política exterior, presté atención a sus palabras.
No sé por qué a pesar de los montones de despachos y las noticias que escucho diariamente, en ninguno vi que el sujeto hablaría a esa hora. Puedo asegurar a los lectores que no son pocas las tonterías y mentiras que, entre verdades dramáticas y hechos de todo tipo, leo, escucho, o veo en imágenes todos los días. Pero este caso era algo especial. ¿Qué iba a decir el tipo a esa hora en este mundo agobiado de crímenes imperiales, masacres o aviones sin piloto lanzando mortíferas bombas, que ni siquiera Obama, ahora dueño de algunas decisiones de vida o muerte, imaginaba cuando era estudiante de Harvard hace solo unas decenas años?
Nadie suponga, desde luego, que Obama es dueño de la situación; solo maneja algunas palabras importantes que el viejo sistema en su origen otorgó al “Presidente Constitucional” de Estados Unidos. A estas alturas, después de 234 años de la Declaración de Independencia, el Pentágono y la CIA conservan los instrumentos fundamentales del poder imperial creado: la tecnología capaz de destruir al género humano en cuestión de minutos, y los medios para penetrar esas sociedades, engañarlas y manipularlas impúdicamente el tiempo en que necesiten hacerlo, pensando que el poder del imperio no tiene límites. Confían en manejar a un mundo dócil, sin perturbación alguna, todo el tiempo futuro.
Es la idea absurda en que basan el mundo del mañana, bajo “el reino de la libertad, la justicia, la igualdad de oportunidades y los derechos humanos”, incapaces de ver lo que en realidad ocurre con la pobreza, la falta de servicios elementales de educación, salud, empleo y algo peor: la satisfacción de necesidades vitales como alimentos, agua potable, techo y otras muchas.
Curiosamente, alguien puede preguntarse por ejemplo ¿qué ocurrirá con los 10 mil muertos por año que ocasiona la violencia derivada de las drogas, fundamentalmente en México, a lo que se pueden añadir los países de Centroamérica y varios de los más poblados del sur del continente?
No albergo intención alguna de ofender a esos pueblos; el propósito es solo señalar lo que ocurre a los demás casi diariamente.
Una pregunta sí hay que hacerla casi de inmediato: ¿qué pasará en España donde las masas protestan en las ciudades principales del país porque hasta el 40% de los jóvenes están desempleados, para citar solo una de las causas de las manifestaciones de ese combativo pueblo? ¿Es que acaso van a iniciarse los bombardeos a ese país de la OTAN?
Sin embargo, a estas horas, a las 4 y 12 p.m., no ha sido publicada la bendita versión oficial en español del discurso de Obama.
Espero me excusen por esta improvisada Reflexión. Tengo otras cosas de las cuales ocuparme.

Fidel Castro Ruz
Mayo 19 de 2011
4 y 16 p.m.
Tomado de Cubadebate

¿QUIÉN ES EL PRÓXIMO ENEMIGO?

¿Cómo pudo sobrevivir este país antes de encontrar formidables enemigos acerca de los cuales el gobierno pudiera movilizar el odio y el temor?
No recuerdo la década de 1930, cuando la pobreza, el capitalismo, la impiedad, el fascismo, el comunismo, los judíos y el alcohol competían en la mente norteamericana por ser el adversario número uno. No había un ganador evidente.
El 7 de diciembre de 1941 -yo tenía casi 6 años–, los japoneses, atrevidamente y en retrospectiva tontamente, bombardearon Pearl Harbor. Los japoneses y los nazis, el perfecto dúo vil. Hollywood se hizo cargo. Cada sábado yo luchaba contra ellos por vía indirecta en el cine -nuestros buenos derrotaban a sus malos.
Desde entonces -con breves excepciones- un enemigo viable se ha unido a nosotros. Para alejar a ese mal de nuestras playas, hemos mantenido un presupuesto de “defensa”.
Después de la 2da. Guerra Mundial (época de presupuesto de guerra), Stalin reemplazó a Hitler y a Tojo. Mi Weekly Reader me hizo conocer  al Tío Joe durante la 2da. Guerra Mundial.  Sin embargo, después de 1945, “El Carnicero Stalin” sembró agentes rojos en nuestro Departamento de Estado, los medios masivos, las escuelas y los hospitales veterinarios. El senador Joe McCarthy descubrió muchos más rincones donde se agazapaba la amenaza roja -por ejemplo, en las plantas empacadoras de carne.
En 1961 me desilusioné de la noción de la Unión Soviética como nuestro archirrival. En un viaje en auto desde Varsovia a Moscú adelanté a unos 8 vehículos -decenas de camiones y cientos de campesinos borrachos, dormidos sobre coches de caballos.
En Moscú comprendí que aparte de un hombre en el espacio, un eficiente sistema de metro y muchas armas, la URSS no podía, como comentaba C. Wright Mills, “publicar una revista legible o dirigir una economía moderna”. Mills se preguntaba: “¿Qué imperio no tiene instituciones para explotar sus colonias? Los soviéticos no tienen bancos ni corporaciones”.
Pero en su campaña eleccionaria de 1960, Kennedy hizo referencia a la “brecha de los misiles”, implicando que los soviéticos nos habían aventajado. La Crisis de los Misiles de octubre de 1962 reveló que los soviéticos tenían la decimoquinta parte del número de misiles balísticos intercontinentales de los EE.UU. Durante toda la década de 1960, los soviéticos trataron de alcanzarnos, pero nunca lograron la triangulación norteamericana: repartir los misiles nucleares entre aviones, submarinos y bases terrestres.
Los poderosos de Washington insistían en que los soviéticos se hacían más fuertes, mientras que los que no estaban ciegos veían lo contrario. En 1984, el descontento y la desmoralización caracterizaban a la URSS. El presidente Reagan insistía en que eran más fuertes que nunca y regresó a la mítica “brecha de los misiles”. Así que el Congreso autorizó más dinero para armas nucleares a fin de impedir lo que los inventores de mitos decían que era una amenaza de invasión soviética a Europa Occidental.  En 1991, puff, la amenaza soviética desapareció. ¡Ganamos! Y adiós.
Sin un enemigo amenazante podríamos disfrutar “el dividendo de la paz”. ¡Uy! ¡Un gran imperio necesita de un enemigo extranjero!
En 1993, un grupo yihadista hizo estallar una bomba en el World Trade Center. Más tarde atacaron otros objetivos norteamericanos en África. Los directores de reparto de la seguridad nacional encontraron al actor ideal para el papel de demonio del siglo 21.
Como tal, Osama bin Laden recibió el crédito por producir cambios en el “American Way of Life”. Después del 11/9, el negocio anti-Islam prosperó. Los predicadores, lo mismo políticos que religiosos, peroraron acerca de las hordas amantes de la muerte y que odian la democracia -tanto en el exterior como en casa.
“Soldados, espías y fuerzas especiales recorren el mundo entero para luchar contra el terrorismo”, escribió Uri Avnery. “Bin Laden está en todas partes. La Guerra Contra el Terrorismo es una lucha apocalíptica con Satanás”.
En su empeño por parecer preparado para el nuevo reto, el gobierno restringió las libertades de los ciudadanos -en aras de su propia protección. Obsesivamente, el Congreso incrementó el presupuesto militar –¿para combatir a maníacos suicidas con corta cajas?-mientras que “intelectuales hambrientos de poder balbucean acerca del Choque de Civilizaciones y venden su alma a cambio de la fama instantánea”. (http://counterpunch.org/avnery05092011.html)
Después del 11/9, el torpe e incompetente George W. Bush se metamorfoseó en el presidente-guerrero militante que (retóricamente) encabezó las fuerzas de la luz en contra de la demoníaca al-Qaeda. Para el público, partidos islámicos como Hamas y Hezbollah -no importa a quién o a qué representan- significan el mal del siglo 21. Para confirmarlo, vean Noticias Fox.
Osama bin Laden se convirtió en el Dr. Malevolencia, vestido con batón suelto, llevando de manera inepta un AK y balbuceando amenazas en un video mal tomado. Casi un malo de historieta cómica, bin Laden reaparecía para recordar a los lectores adolescentes de la necesidad de un súper héroe.
Entonces, al fin, se compaginó la información policíaca y de inteligencia y nuestros heroicos SEALs lo encontraron y lo liquidaron -no en una cueva remota, sino en complejo de tres pisos de clase media en una ciudad de Pakistán.
En Washington, los directores de escena de la seguridad nacional ya habían esbozado el acto final. Liquídenlo y boten el cadáver.  No debe haber ningún mártir para futuros santuarios.
Dejen que las masas árabes -lo que eso quiera decir- celebren o juren venganza. Estarán ocupadas en sus revoluciones y contrarrevoluciones. En 2012, Osama muerto puede ayudar a Obama. La orden de matar a bin Laden ya ha transformado su imagen de debilucho.
La celebración de la muerte de bin Laden se esfuma en bares y estadios de béisbol. Pocos lo lloran; aún menos recuerdan las razones esgrimidas por él para realizar su terror.
Una noticia de AFP reportó que bin Laden había realizado una última cinta, encontrada en un sitio web islámico: “Estados Unidos no podrá soñar con su seguridad hasta que vivamos en seguridad en Palestina”, dijo bin Laden. “Es injusto vivir en paz mientras nuestros hermanos en Gaza viven en la inseguridad. De acuerdo con eso, y con la voluntad de Dios, nuestros ataques continuarán contra ustedes mientras continúe su apoyo a Israel”.
¿Quién lo escuchó? A nadie le importa. La mayoría de los norteamericanos no interiorizan los millones muertos en Corea, Viet Nam, Iraq y Afganistán. En su lugar “nosotros” ayudamos a esos ingratos y recordamos a nuestros propios muertos del 11/9. Y ahora, a buscar al próximo enemigo demoníaco.
Saul Landau, miembro del Instituto para Estudios de Política, produjo Por favor, que el verdadero terrorista se ponga de pie (distribuido por Cinema Libre Studio).
Tomado de Cubadebate

PRENSA INTERNACIONAL COMPARA LA ¨¨SPANISH REVOLUTION¨¨' CON PROTESTAS DE EGIPTO

La 'spanish revolution' ya está en las principales portadas de la prensa extranjera. Medios de comunicación de diversos lugares del mundo se han hecho eco este miércoles del movimiento que en los últimos días reclama en toda España un cambio político y social para salir de la crisis.
Algunos medios, como la edición digital de la cadena a británica BBC, han llegado a comparar la acampada en la céntrica Puerta del Sol de Madrid con las protestas registradas el pasado febrero en Egipto que llevaron a la caída del presidente Hosni Mubarak recuerdan a los manifestantes. La web de la BBC compara a los" 2.000 jóvenes indignados por la alta tasa de paro" que han pasado la noche acampados en la céntrica plaza madrileña con los manifestantes de la plaza Tahrir de El Cairo, ya que, al igual que ellos los acampados en Sol "han establecido comités ciudadanos para gestionar las comunicaciones, la comida, la limpieza, las acciones de protesta y los asuntos legales".
"La naturaleza de la protesta pacífica, incluidos mensajes en Twitter para alertar a los partidarios, recuerda a las manifestaciones a favor de la democracia que revolucionaron Egipto", destaca la cadena británica". Los manifestantes, añade, "no se identifican con ningún partido político en particular, según los medios españoles, pero cada vez están más organizados" y lo que reivindican es "empleos, mejores estándares de vida y un sistema democrático más justo".

UN VIDEO PARA LOS QUE GUSTAN VER A LA POLICIA USAR LAS TONFAS




La acampada en la Puerta del Sol es recogida también por el diario francés Le Monde, que titula: Los jóvenes españoles se lanzan a la calle para proclamar su indignación. La edición digital del rotativo galo contextualiza las protestas destacando que estas tienen lugar en un país "poco acostumbrado a las reivindicaciones", en el que el desempleo afecta al 44,6% de los menores de 25 años.

Protesta contra el paro

La cadena estadounidense CNN, en una pieza firmada por su corresponsal en Madrid, subraya que "miles de personas protestan contra la crisis y la alta tasa de paro en España". Estas, según explica la noticia, se producen en las vísperas de las elecciones del 22 de mayo, en las que los sondeos "predicen grandes avances para la oposición conservadora frente al Partido Socialista gobernante del primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero".
Un portavoz de Democracia Real Ya, Jon Aguirre Such, señala al corresponsal estadounidense que "la economía y el paro son claves en la protesta, porque eso nos une a todos". "En esta crisis, mientras algunos se han hecho ricos, la mayoría tiene menos ingresos", ha subrayado Aguirre.

Tomado de 20minutos.es