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viernes, 3 de junio de 2011

YOANI SANCHEZ ¨¨FACE¨¨ DE TABLA

Pininos de Yoani Sánchez como artista plástica. Foto del performance "Valladares back"
 Por M. H. Lagarde

Resulta que ahora la bloguera Yoani Sánchez, además de multipremiada millonaria, "influyente intelectual" y “combativa disidente", acaba de ser santificada mediáticamente como "artista plástica".
Su nombre figura junto al de unos 30 artistas que participan en la exposición Face Contact, curada por el crítico cubano, también con ciudadanía norteamericana, Gerardo Mosquera, y que se expone en el Teatro Fernán Gómez/Centro de Arte de Madrid, desde el 1 de junio hasta 24 de julio, como parte del Festival PhotoEspaña 2011.
De acuerdo con los promotores de la muestra, la obra de la nueva "artista" consiste "en imágenes protesta de la bloguera opositora cubana en las que sorprendió a los agentes gubernamentales que la vigilan a diario".
Si bien el curador de Face Contact tuvo el cuidado de reconocer en el sitio digital Cubaencuentro, que las obras seleccionadas por él “no tienen por qué ser artísticas”, como es el caso de las imágenes tomadas por la cubana Yoani Sánchez, conocida por su blog Generación Y", uno se pregunta por qué entonces poner en entredicho "el rigor" de la selección al contaminar Contact Face, con tan barata propaganda.
¿Será que algún "inteligente" fabricador de líderes a lo Made in USA, vio en PhotoEspaña 2011 otra oportunidad para mostrar el rostro de la represión que, según Yoani Sánchez y sus patrocinadores de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, existe en Cuba?
Las imágenes que la bloguera afirma son de quienes la asechan se parecen más a las de sus vecinos de barrio que a la de perseguidores algunos.
¿Qué tipo de temibles represores son esos que se asustan y tiemblan al ver a la bloguera empuñar su cámara ante su rostro?
Según declaró Yoani Sánchez, a propósito de su lanzamiento como "artista plástica" en una entrevista al suplemento cultural del diario El Mundo: "Cuando apreté por primera vez el obturador frente a uno de esos policías vestidos de civil, sentí un miedo tremendo, pero él también se atemorizó. De manera que mis fotos sobre esa temática intentan trasladarle al cazador el temblor de la presa, contagiar al depredador impune con el miedo de la liebre que ni siquiera puede correr para escapar".
¿Serán estos "depredadores" con almas de "liebres" los mismos que, según ella, la golpearon cuando fue "secuestrada", durante 15 minutos, en noviembre de 2008?
Entonces, la valiente fotógrafa no pudo mostrar prueba alguna de los excesos de sus captores y cuando un periodista de la prensa extranjera acreditada en La Habana le señaló, durante una entrevista, que no veía sobre su cuerpo ninguna magulladura, la bloguera afirmó que las marcas las tenía en las nalgas, pero que no estaba dispuesta a mostrar esas fotos, hasta "que llegaran tiempos mejores".
Esos tiempos parecen haber llegado ahora con su súbita conversión en “artista plástica”. Cabe preguntarse: ¿en alguna próxima exposición la bloguera mostrará -por fin- esas imágenes?