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domingo, 24 de julio de 2011

CHÁVEZ REGRESA A VENEZUELA, DICE PRUEBAS RATIFICAN INEXISTENCIA DE CÉLULAS CANCERÍGENAS ( + video)

El presidente Hugo Chávez llegó hoy a Venezuela procedente de Cuba, donde cumplió con éxito la primera fase de un tratamiento de quimioterapia, complementario a la operación del 20 de junio último para removerle células cancerígenas.
Poco después de su arribo al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, el jefe de Estado dirigió un mensaje al país en cadena nacional, en el cual expresó su satisfacción por el retorno después de una semana en La Habana. “Es un día de júbilo, no he perdido un instante sobre el acontecer de Venezuela”, comentó el mandatario, quien ratificó la importancia del reciente reconocimiento de la OPEP a esta nación suramericana como la mayor reserva mundial de crudo. Respecto a su salud, aseguró que cumplió la promesa de regresar fortalecido. Chávez conversó animadamente con cadetes y ministros que acudieron a Maiquetía a darle la bienvenida. Durante su estancia en Cuba, el Presidente venezolano simultaneó la recuperación con las labores propias de su cargo, entre ellas la aprobación de recursos y planes para el desarrollo socioeconómico de la nación. El presidente recordó que durante esta semana, en la que fue sometido a tratamiento, estuvo atento a todas las labores de gobierno y además recibió en la capital cubana a personalidades como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Nicaragua, Daniel Ortega; y a Diego Armando Maradona. “Cumplo la palabra, he venido mejor de lo que me fui”, dijo Chávez, en referencia a su actual situación de salud y a la promesa que hizo el sábado pasado cuando emprendió el viaje a Cuba. Reiteró que sigue disciplinado como cadete el tratamiento para recuperarse plenamente tras la operación a la que fue sometido hace poco más de un mes para extraerle un tumor con células cancerígenas. Chávez informó que un intenso estudio de imagenología realizado en Cuba descartó la presencia de células malignas en su cuerpo, varias semanas después de someterse a un procedimiento quirúrgico. Fue un examen riguroso de tomografía casi todo el día, que no detectó células malignas en ninguna parte de mi cuerpo, precisó anoche al regresar de La Habana. En un mensaje al país desde la propia terminal aérea de Maiquetía, el mandatario explicó que la atención esmerada a su salud continúa. De todos modos el riesgo existe, por eso la quimioterapia que se me aplicó durante la semana en Cuba, la cual fue un proceso duro, pero este cuerpo de cadete aguantó, dijo. (Con información de PL y AVN) Tomado de La Pupila Insomne

LOS C UBANOAMERICANOS Y LA UNIÓN DE LA NACIÓN CUBANA

Con todos y para el bien de todos”, fue la “fórmula del amor triunfante” propuesta por José Martí, para regir la nación cubana. Sin embargo, dicho así, fuera de su contexto, puede servir igual como plegaria caritativa o consigna anarquista. En realidad, fue una arenga para alcanzar la unidad que requería la guerra por la independencia de España y evitar con ello “que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”. “Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”, dijo el maestro, definiendo de esta manera la naturaleza de la nación cubana y su principal obstáculo hasta nuestro días.
La emigración, por sí misma, no es un hecho antinacional. Durante buena parte de su vida, el propio José Martí fue un emigrado y esas palabras las dijo en Tampa, a los tabaqueros cubanos también emigrados. Tampoco es necesariamente mala para la nación cubana, sobre todo ahora, en que existe un evidente desbalance entre el desarrollo humano alcanzado en Cuba y el mercado laboral que debe emplearlo, convirtiendo a la emigración en parte de la solución a este problema, si se desarrolla en normalidad y se eliminan las barreras que hoy día dificultad las relaciones de los emigrados con su país de origen. La emigración, particularmente hacia Estados Unidos, adquirió esa connotación negativa en Cuba, en la medida en que fue percibida como instrumento de la política norteamericana y las mismas fuerzas que sostuvieron al régimen neocolonial asumieron el control de la comunidad de inmigrantes cubanos, determinando sus expresiones políticas, francamente supeditas a los intereses de los “imperialistas de allá”, como lo definió el mismo José Martí. Es cierto que tal generalización, aunque válida para analizar ciertos fenómenos, ya es generalmente obsoleta, porque pasa por alto innumerables diferencias y matices, incluso las causas endógenas que han generado esta emigración, especialmente cuando se habla de los nuevos migrantes. Tampoco tiene en cuenta las transformaciones sufridas por la comunidad de inmigrantes cubanos en Estados Unidos, a lo largo de medio siglo. La más importante de las cuales es su integración a la sociedad estadounidense, en calidad de cubanoamericanos, o lo que es lo mismo, norteamericanos de origen cubano. Diversos estudios revelan que la mayoría de los inmigrantes cubanos y sus descendientes se identifican con esta categorización, incluso personas que han arribado recientemente a Estados Unidos, lo que indica que el término también es bastante reconocido en Cuba y no está referido solo a los que poseen la ciudadanía norteamericana, sino a toda la población de origen cubano, sin importar el lugar de nacimiento o el estatus legal que tengan. Ello no resulta nada extraño en una sociedad multiétnica y multinacional como Estados Unidos. Más bien, es similar al proceso por el que han transitado todos los inmigrantes que han arribado a ese país, aunque, a escala individual, este proceso se expresa de formas muy diversas. Tampoco tiene connotaciones políticas en sí misma, toda vez que ser norteamericano no implica ser anticubano. Respecto a la historia nacional, lo más relevante de la formación del cubanoamericano es que determina la existencia de un grupo étnico norteamericano, donde la cultura cubana se expresa en una identidad nacional distinta a la cubana. Ello nos junta y también nos distingue. Nos junta, porque compartimos esta cultura común. El hecho de reconocer la singularidad del cubanoamericano, no quiere decir que con ello se enajene su condición cultural cubana, en tal sentido, los cubanoamericanos tienen derecho a sentirse tan cubanos como cualquiera. La diferencia está en lo político, y no me refiero al pensamiento político en uno u otro caso, sino porque en términos concretos, muchas veces al margen de la voluntad de las personas, refleja una filiación nacional distinta y, por tanto, son distintos los derechos y deberes nacionales. Es verdad que la dicotomía ciudadana existe en otras naciones y han optado por aceptar la doble nacionalidad, equiparando los derechos de los emigrados con los de los habitantes del país. Pero ello resulta muy difícil en el contexto originado por el conflicto entre Cuba y Estados Unidos y su impacto en las relaciones con la emigración. La unión de la nación cubana, concebida como la construcción de una comunión de intereses entre Cuba y los cubanoamericanos, pasa, por tanto, por tener en cuenta estas condicionantes históricas y avanzar en el sentido que permitan las circunstancias. En la medida en que cuajen estos intereses comunes, ajenos a las injerencias externas que han determinado las posiciones políticas predominantes en la emigración hacia Cuba y pierdan vigencia posiciones extremistas en ambas partes, son muchas las cosas que pudieran avanzar en la conciliación y la creación de consensos entre Cuba y los cubanoamericanos. Para Cuba sería un proceso bienvenido, tanto por su impacto en la seguridad nacional, como por la necesidad evidente de actualizar su política migratoria, a tono con su realidad interna y las exigencias de su política exterior. Pudiendo aprovechar, de esta manera, el potencial político y económico, así como los valiosos aportes a la cultura nacional, que pueden ofrecer los cubanoamericanos. Y para los cubanoamericanos, el contacto con su patria de origen no solo reviste importancia sentimental o está limitada al ámbito de las relaciones filiales, incluso a intereses económicos, sino que constituye una necesidad para alimentar la propia identidad cubanoamericana, a través de la cual se identifica con el resto de la sociedad norteamericana. En la medida que avance este proceso, será posible que los cubanoamericanos puedan participar de muchas maneras en la vida nacional cubana e, incluso, que le sean reconocidos derechos en aquellos aspectos de la política nacional que los afecten, como, por ejemplo, la propia política migratoria, las posibilidades de invertir en el país o aspectos de la política cultural que los involucre. La comunión en lo político dependerá de qué fuerzas representen, las antinacionales o las nacionalistas. En definitiva, el conflicto de la nación cubana con Estados Unidos no lo inventó la Revolución, ni desaparecería incluso si ella fuese derrotada. Al contrario, fue su consecuencia, y solo el triunfo del ejercicio pleno de la soberanía nacional puede, a la larga, resolverlo. Un camino largo y tortuoso, pero claro e inevitable, para cumplir con el mandato martiano. ( Autor Jesús Arboleya Cervera Tomado de Progreso semanal)

EX PASTOR METODISTA DE SANTA CLARA MIENTE

Julio 23, 2011 por Narciso
Jordi Toranzo, ex pastor de la Iglesia Metodista de Santa Clara, miente cuando afirma que hoy sábado sería expulsado de la vivienda prestada que ocupa en la ciudad de Santa Clara. Y los pocos que lo han secundado, lo hacen por partida doble; primero porque aquí en Cuba nadie ha sido desalojado desde 1959 y segundo, porque conocen bien a Jordi y saben de cuanto es capaz para sobresalir y ganar espacio dentro de la llamada disidencia cubana.
Yoan Rojas Almeida está convencido de que el ex pastor miente cuando afirma que será desalojado de la casa que ocupa en Santa Clara. Yoan Rojas Almeida asiste como feligrés desde hace 12 años a la Iglesia Metodista de Santa Clara y solo deja de ir al culto cuando está enfermo o por razones estrictamente de trabajo: “Voy casi todos los miércoles y sábado por las noches y el domingo por la mañana. Allí busco consuelo espiritual y fortaleza para enfrentar la vida”. Desde que concurre a la Iglesia Metodista ha conocido a cuatro pastores. Todos ellos, relata Joan, vivieron en la casa pastoral al lado de la Iglesia; excepto Jordi, quien siempre lo hizo con su familia en una vivienda que su dueño, el pastor retirado Sergio Santos, le prestó a la Iglesia Metodista de Santa Clara, ubicada en la calle Candelaria # 60 entre Villuendas y Juan Bruno Zayas, frente a la funeraria Camacho. Para Yoan Rojas no hay ninguna evidencia de que exista represalia alguna contra Yordi Toranzo y mucho menos que se le quiera desalojar de la vivienda que ocupa: “No hay nada contra él y su familia. En Cuba no se desaloja a nadie, pero creo que debe abandonar la casa, pues ya no es pastor y la Iglesia la necesita.” Felipe Silverio Ramos, de 68 años, vive desde hace 31 frente a la casa
Felipe Silverio lleva 30 años viviendo frente a la casa pastoral de Santa Clara: "A Jordi le faltó ética en su labor pastoral." pastoral de la Iglesia Metodista de Santa Clara. Ha conocido a más de seis pastores en estas tres décadas y excepto Jordi, el resto siempre vivió allí de manera modesta y muy vinculada con los vecinos. Guarda un excelente recuerdo del pastor Pedro Mayor y su esposa, quienes sobresalieron por su bondad y sinceridad, pero eso a Jordi le ha faltado: “Nunca vivió la casa pastoral y los arreglos que le hizo fue para convertirla en oficinas y salones de reuniones con una gran ostentación. A este pastor le faltó humildad y sobre todo ética en su labor pastoral.”
Armando: "A Jordi le sobraba dinero y no lo escatimaba. Quería levantarle cuatro pisos a la casa pastoral." Mientras que Armando Galván Rodríguez, también vecino de la calle Villuendas # 157 entre Candelaria y San Cristobal, manifiesta que al ex pastor de la Iglesia Metodista de Santa Clara le sobraba el dinero y no lo escatimaba: “Quería levantarle unos cuatro pisos a la casa pastoral y le hizo salones de mucho lujo. Todos los materiales eran de primera. Si al inicio tuvo relaciones con los vecinos, en los últimos tiempos cambió y adoptó posiciones de rebeldía. No creo que nadie quiera sacarlo de donde vive, pero esa no es su casa y tendrá que abandonarla, más nunca será por la fuerza. El Estado cubano no hace eso con nadie.” Jordi Toranzo, el ex pastor de la Iglesia Metodista de Santa Clara, miente cuando afirma que será desalojado de la casa donde vive. También engañan los que replican sus falacias. Pero la mentira tiene piernas cortas y la verdad siempre se impone. Tomado del Blog Mi Santa Clara Libre