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lunes, 6 de agosto de 2012

FELIX: EL BÓLIDO DE LOS 400 METROS




 
Llevaba el demonio en las piernas. Devoró esos 400 metros con las ansias de vencer.


Las vallas se apartaban de su terrible paso y una a una fue cayendo bajo sus pies.

Félix Sánchez rebrotó de las aparentes cenizas y como el ave fénix estampó el nombre de su patria en los anales olímpicos.

Cuando el tiempo parecía haber opacado su estirpe de campeón, el sol salió nuevamente para él  regalándole toda su luz y con esa fuerza indoblegable elevó hasta lo más alto la bandera de su patria.

A la hora de las medallas las lágrimas de la dignidad deportiva de Félix, hicieron brillar inusitadamente la noche londinesa, ya húmeda por la lluvia común en esa ciudad.

Los dominicanos deben estar muy alegres. Esta ha sido una jornada de gloria para la Nación de Juan Pablo Duarte.

Felicidades dominicanos, celebren con merengue y bachata este triunfo inolvidable de Félix Sánchez. Se lo merecen.