Seguidores

sábado, 19 de abril de 2014

EL BAYAMES ANDRES RODRIGUEZ Y SU CLARINETE





Un instrumento musical, cualquiera que sea, no es importante hasta que las manos de ese orfebre que es el ser humano, lo abrazan, estudia y hace del mismo una herramienta para la felicidad de quienes escuchan sus sonidos.

Trompetas, clarinetes, saxofones, tumbadoras, pianos podrían convertirse en objetos museables, a no ser que alguien que los ame los utilice con talento y vehemencia para agregar sus sonidos a los cantos de la naturaleza.

Asi es que se establece esa comunicación entre el músico y el instrumento, fundando notas y haciéndolas hermosas, enviando mensajes a los sentimientos de los amantes de esos tiernos sonidos que hacen mejores a los hombres.

 

Es asi como el instrumento alcanza esa dimensión necesaria gracias a las habilidades de quienes necesitan expresar lo que piensan, colocando sus ímpetus de manera que el resultado final sea la conjunción exacta de lo bello.

En Bayamo tenemos a músicos dotados de una capacidad tremenda, que en cada presentación se empeñan en llevar los sonidos a la más alta cúspide para ennoblecer, para educar a los amantes de la buena música.

Uno de los tantos buenos músicos bayameses tiene el nombre de Andrés Rodríguez, integrante de la Banda Municipal de Conciertos y nomina del Grupo Oro Son, dedicado a lo mejor del pentagrama cubano.

Desde pequeño Andrés ya mostraba su predilección por ese instrumento maravilloso que es el clarinete, quizás influenciado por un tío que en tiempos anteriores también integro la Banda Municipal de Conciertos de Bayamo.

No fue fácil para el dedicarse a los estudios de su instrumento siendo hijo de un carpintero y de una ama de casa, los que jamás se interpusieron en su camino hacia el dominio de ese instrumento que es el clarinete.

Andrés es considerado por  los conocedores de música como uno de los más aventajados a la hora de exponer su talento en cualquier sitio, sea un restaurante, una plaza pública que en un teatro.

Tiene la sencillez propia de los buenos artistas, no se vanagloria de su capacidad de interpretación y ha ayudado a formar a otros instrumentistas, que han ido bebiendo de su experiencia basada en el estudio constante.

Como integrante de la Banda Municipal de Bayamo, Andrés se presenta en las retretas que tienen como sede la Plaza de la Revolución de la capital granmense, donde brilla en la ejecución del clarinete.

Nuestra ciudad tiene en él a un avezado músico, humilde, respetuoso, amante de las buenas obras y con una modestia propia de los grandes porque para ascender a su pináculo no solo basta el talento, también la sencillez humana.