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jueves, 15 de febrero de 2018

PERUCHO FIGUEREDO. BICENTENARIO DE SU NATALICIO EN BAYAMO. (ABRIL 18 DE 1818)

Corría el mes de febrero de 1818 y en aquella casa de personas pudientes todo era atención hacia una mujer con el vientre abultado que junto a su esposo, esperaba el momento del alumbramiento de un hijo.
La vida transcurría en la ciudad de Bayamo donde la presencia de la colonización española tomada fuerza con todos los avatares que esa realidad significaba para sus habitantes.
Cuando se produjo el parto, el grito del recién nacido no solo estremeció los cimientos de aquel hogar, también, de manera premonitoria, la quietud del ambiente y el rumor del cercano rio parecían anunciar algo bueno.
Aquella felicidad de la familia llegó a muchas amistades debido a la prominencia de los padres del pequeño que nació rodeado de los lujos de la época y al que le brindaron una atención propia de gente rica.
El niño comenzó sus estudios en esta ciudad, luego se trasladó a La Habana donde ocupó asiento en el colegio de San Cristóbal, teniendo como maestro al pensador bayamés José Antonio Saco.
Graduado de Bachiller en Derecho en 1840, culmina esos estudios en la Universidad de Barcelona tres años más tarde, vuelve a Bayamo, abre su gabinete y se casa con Isabel Vázquez Moreno.
Pedro Felipe Figueredo Cisneros, quien más tarde sería uno de los conspiradores anticoloniales, cerró su oficina de abogado, al percatarse de la corrupción imperante en Bayamo.
Se dedicó entonces a las actividades culturales, amante de la música y de la literatura, tuvo espacios de importancia en la ciudad que amó tan profundamente como a su esposa y a Cuba.
Sus ideas acerca de la necesidad de obtener la independencia de la Isla, lo llevaron a las acciones conspirativas prohibiendo a los mayorales propiciar el castigo excesivo a sus esclavos.
Vuelve a la capital de la Isla donde funda el periódico Correo de la Tarde, demostrando su apego a la cultura que tanto lo distinguió desde los días bayameses en los que propició diversas actividades.
Ya la patria ardía en su corazón y junto a otros destacados patriotas bayameses y en 1867 se crea en su casa la primera junta revolucionaria que desembocaría en el alzamiento del 10 de octubre de 1868.
Perucho es uno de los símbolos de la lucha revolucionaria, es uno de los referentes insoslayables de la historia cubana por todo lo antes expuesto y por haber luchado por la libertad de nuestra tierra.
Autor de la música y la letra de lo que es hoy nuestro glorioso Himno Nacional, recibe el homenaje de los cubanos que estamos celebrando el bicentenario de su natalicio.
Su amor por la ciudad de Bayamo, por Cuba, será siempre un ejemplo para los cubanos de hoy y de mañana, que jamás permitirán el ostracismo de su inmensa figura, pues es uno de los fundadores de la nación cubana.


martes, 6 de febrero de 2018

JUAN GONZALEZ FIFFE: EL TEATRO COMO MÁXIMA INSPIRACIÓN

Las calles de Bayamo conocen a cada artista que con su talento y prestigio honra a la ciudad, pues en cada presentación, en cualquier manifestación del arte, se llenan de alegría.
Son hombres y mujeres que en cada actuación ganan el aplauso del público que reconoce en ellos a personas de valía, que siempre ofrecen un mensaje positivo destinado a convertirnos en mejores ciudadanos.
Esa es la función del arte, sea musical, escenográfico, danzario o plástico, porque al final todas esas corrientes se unen con el objetivo de ofrecer la posibilidad de acentuar la cultura nacional con sus acciones.
Toda esta justificada introducción nos permite llegar hasta un ser humano que ha demostrado poseer la sensibilidad de estremecernos con sus obras artístico-teatrales.
Se trata de un artista de reconocida trayectoria que ha sabido sembrar muchas semillas sobre el escenario, desde el cual ha levantado un monumento al buen gusto con acendrada Cubanía.
Andares Bayameses, se honra en resaltar la figura de Juan González Fiffe, director del Teatro Callejero Andante cuyas riendas sostiene desde hace más de 20 años llevando en su carruaje bellas obras para niños y adultos.
Las montañas de la Sierra Maestra y los llanos de la geografía granmense han sentido la presencia de esa prestigiosa agrupación teatral que no ceja en el empeño de seguir trabajando con amor para el pueblo.
Su andar no solo se ha desarrollado en Granma, también los bellos parajes de Guantánamo han disfrutado de la manera de ver la vida de este juglar tan cubano como el son, con profundas y auténticas raíces.
La Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa le ha posibilitado tejer una impronta que se mantiene en esos sitios de la provincia más oriental de nuestro país, donde se le recuerda con el cariño que merece.
Del 2004 al 2008 subiendo y bajando esos lomeríos con el orgullo que se siente al saberse útil en esa hermosa labor de llevar la cultura hasta los sitios más difíciles de esta tierra nuestra.
Fiffe no se guarda los conocimientos que tiene, los ha diseminado entre los alumnos que ha tenido desde aquella escuela Cacique Hatuey hasta las clases de actuación y en la vocacional Manuel Muñoz Cedeño.
La historia de Juan González Fiffe no cabe en pocas cuartillas como estas en las que hemos pretendido acercarnos a su labor como artista de teatro, cuyo talento ha hecho crecer esta manifestación en Granma.




lunes, 5 de febrero de 2018

MARÍA CARIDAD PALMA: UNA HEROÍNA BAYAMESA

La historia bayamesa atesora la grandeza de sus hijos, un orgullo que se lleva profundamente y que es fuente de inspiración para las actuales y futuras generaciones.

No solo los hijos varones de esta ciudad se entregaron en cuerpo y alma a la lucha por la independencia nacional, en ese grupo dilecto de hombres también brillaron mujeres amantes de la redención humana.

Un ejemplo de amor a la tierra natal es el de una mujer, que teniendo riqueza, partió a la manigua cubana con el sueño de su hijo y el propio a cuestas, erigiéndose en una patriota merecedora del recuerdo del pueblo.

María Candelaria Palma había nacido en Bayamo en el año 1788, aunque no se precisa el mes ni el día de la primera vez que vio la luz en nuestra Villa para bien de la misma.

Según la enciclopedia Ecured: ¨¨Fue una joven de bien, virtuosa y muy querida por sus convecinos los que la llamaban Yaya.
Contrajo matrimonio con Andrés María de Estrada y Palma, teniendo un único hijo en julio de 1832, nombrado Tomas a quien dedicó toda su devoción.

Muy pronto quedó viuda y a cargo de cuantiosos bienes rústicos, entre ellos las haciendas
y La Punta. El trabajo corría a cargo de esclavos, a los que educaba en la más severa moral e incluso enseñaba a leer y a escribir¨¨.

Cuando su hijo Tomás Estrada se hizo un hombre de bien asumió la dirección de las propiedades y pasaron a vivir a la hacienda La Punta, a orillas del río Cauto.¨¨

Cuando Su hijo Estrada Palma decidió partir hacia la manigua, María Candelaria, con 80 años, no dudó un instante en seguirlo sufriendo los avatares de la guerra contra la colonización española en la Isla.

Tres años después del alzamiento de Céspedes en La Demajagua, soldados españoles asaltaron el campamento donde se encontraba Yaya Palma junto a otras familias cayendo prisionera.

El orgullo de la bayamesa se puso de manifiesto al negarse a caminar junto a los colonialistas por lo que el jefe de la escuadra encarga a uno de sus acompañantes para que la ultime en el bosque.

La salvó de la muerte el hecho de que el responsabilizado con su asesinato era conocido de su hijo y no hizo realidad la orden, dejándola su merced sola en medio de la floresta.

Sobre este hecho el patriota y escritor, el coronel Fernando Socarrás dijo:¨¨ La anciana vagó sin rumbo por los bosques manteniéndose con las frutas silvestres que encontraba al paso, hasta que extenuada por el hambre y la fatiga decidió no caminar más y esperar sus últimos momentos sentada en una roca.

La casualidad hizo que un pasajero amigo la encontrase y la devolviese a su hijo. ¡Infeliz anciana! No tuvo fuerzas para resistir la emoción del encuentro y en los momentos de estrechar a su idolatrado Tomas en los brazos, murió con la misma santa tranquilidad con que había vivido.»

HACIA EL BICENTENARIO DEL NATALICIO DE PERUCHO FIGUEREDO, AUTOR DEL HIMNO NACIONAL DE CUBA. (2)

Bayamo se apresta para seguir recordando a uno de sus hijos dilectos que el próximo 18 de febrero a cumplir doscientos años de haber nacido en esta ciudad, a la que amó, luchó por ella y la prestigió.
El rio de nuestra Villa, el aire, las plantas que la distinguen, llevan la impronta de ese patricio que nos enseñó, junto a otros prestigiosos bayameses, el camino de la redención, la libertar y la independencia.
Perucho Figueredo, nacido el 18 de febrero de 1818, junto a lo que es hoy la Plaza del Himno Nacional, donde estrenó la letra de la canción patria, sigue cabalgando en su caballo y en el pentagrama musical cubano.
Allí, en ese sagrado lugar que veneramos hoy y siempre, dio al mundo una muestra de lo que significa para un ser humano luchar por una causa justa aun en medio de tormentosas dificultades.
Ciertamente constituyó una epopeya el inicio de nuestras luchas por la libertad camino escogido para alcanzar la independencia del poderío militar español que tenía sumido en la esclavitud a los cubanos.
Dentro de ese panorama Perucho Figueredo fue figura clave para elevar los aires libertarios desde aquel momento en que formó parte del Comité Revolucionario que aglutinó a importantes y poderosos hacendados.
Desde aquel instante fundacional comenzó a trabajar con ahínco para el levantamiento que protagonizaría Céspedes en La Demajagua y que sería apoyado por los demás insurgentes.
Bayamo era un hervidero, los conspiradores se reunían una y otra vez en medio de un hermetismo extraordinario para evitar que los colonizadores tuvieran noticias de las intenciones de los patriotas.
En una de aquellas reuniones le dieron a Perucho la misión de componer lo que se consideró entonces la Marsellesa Cubana, un himno con el cual defender el derecho de tener una patria libre y soberana.
A esa labor se dedicó Figueredo con mucha prontitud trabajando en la música de aquella música que desde su primera interpretación en la iglesia de Bayamo, suscitó las dudas de las autoridades españolas.
El Gobernador Udaeta mostró su inconformidad acerca de la explicación dada de que era una música religiosa, y tuvo razón el militar español pues cuando la ciudad cayó en manos de los patriotas escuchó aquellas notas.
Apresado por los insurgentes, Udaeta corroboró entonces que sin ser músico se pudo percatar de la intención bélica de la melodía concebida por el patriota bayamés.
Los bayameses, los cubanos tenemos bien justificado el hecho de homenajear a Perucho Figueredo en este año cuando se arriba al bicentenario de su natalicio en nuestra hermosa ciudad.



jueves, 1 de febrero de 2018

BICENTENARIO DEL NATALICIO DEL BAYAMÉS PERUCHO FIGUEREDO, AUTOR DE NUESTRO HIMNO NACIONAL. (BAYAMO 18 DE FEBRERO DE 1818-SANTIAGO DE CUBA 17 DE AGOSTO DE 1870):

Los bayameses tenemos la hermosa responsabilidad de rendir homenaje a una de las extraordinarias figuras que llevaron a cabo la primera insurrección independista de la historia de la isla.
Febrero nos da la posibilidad de realizar una acción noble que mantenga en su justo sitio a un bayamés que lo dio todo, hasta la vida, por ver a su patria libre del yugo colonial español.
Cuando la vida y sus circunstancias propiciaron el inicio de la lucha por la liberación nacional, ninguno de aquellos grandes hombres pidió nada a cambio por la obra que comenzaron.
Ese reconocimiento lo daría el pueblo cubano, conocedor y albacea de los esfuerzos de esa hornada de nuevos hombres que con su accionar lograron abrir nuevos caminos para la redención de la patria.
Bayamo les debe mucho a todos, entre ellos a ese patricio que no solo acompañó al Padre de la Patria en los momento más difíciles de aquella época, sino que acabó con valentía frente a un pelotón de fusilamiento.
Ese instante, previo a su muerte, no le ocasionó pavor como pensaron sus victimarios, pues con la hidalguía propia de los héroes tuvo la osadía de mirar a los ojos de los soldados peninsulares sin pedir clemencia.
Perucho Figueredo Cisneros constituye uno de los padres fundadores de la nación cubana por todo lo que hizo en función de alcanzar la verdadera liberación para los cubanos.
Ilustre bayamés, Figueredo nació el 18 de febrero de 1818 por lo que estaremos celebrando su bicentenario en este segundo mes del año, reconocimiento que se extenderá hasta el mes de octubre de este año.
Resulta una agradable coincidencia que en este 2018 estemos recordando que se cumplen 150 años del Levantamiento en La Demajagua, encabezado por Carlos Manuel de Céspedes.
La grandeza de nuestra ciudad se incrementa en este año porque se cumplen además 150 años de la toma de Bayamo el 20 de octubre de 1868 y de la primera interpretación pública de nuestro Himno Nacional.
Perucho Figueredo Cisneros, hombre culto, pudiente, consecuente con sus ideas y por tanto un patriota excelso, será homenajeado como merece, por lo que representa en la historia bayamesa y cubana.
En ese sitio sagrado que es la Plaza del Himno Nacional, se colocará una estatua ecuestre, que recuerda aquel momento cuando desde la montura de su caballo escribió la letra de la Canción Patria.
Honrar, honra, dijo el Apóstol José Martí, por ello el máximo respeto para Perucho Figueredo una de las grandes figuras de nuestra historia que nació en esta ciudad, que lo venera y recuerda todos los días.